
Blog
Escribo porque sanar también se parece a nombrar lo que duele y lo que abraza.
Este blog nació como mi refugio, y con el tiempo se convirtió en un espacio compartido.
Aquí no hay fórmulas mágicas, solo fragmentos de mi propio camino, por si alguna palabra también le sirve a alguien más.
Cada entrada lleva una hoja de trabajo, un pedacito de lo que a mí me ayuda.
No escribo por números, ni por obligación.
Escribo porque no puedo no hacerlo.
Solo dejo que el alma hable.
Como un libro abierto… por si alguien pasa.
Este es mi mundo interior.
Cada categoría es un pedacito de lo que pienso, siento o estoy aprendiendo.
Elegí el rincón donde querés quedarte un rato...
porque acá todo es como mi mente y como mi alma.
Porque prefiero ser un libro abierto.
01
Estas palabras nacen entre cenizas, en medio del polvo de lo que ya no soy.
Me reescribo entre pedazos rotos, no para volver a ser la de antes, sino para construir una mujer que nunca había existido.
Reescribo mi historia con verdad, con llanto, con amor, con silencio.
Escribo para oír el susurro de mi alma en medio del renacer, para no callar lo que también merece ser amado.
02
🌟 Faro en la oscuridad del alma:
Palabras que iluminan la oscuridad del alma,
mientras alumbran la senda que conecta mi alma terrenal con mi alma espiritual.
Un faro que habita en lo más profundo,
buscando ser luz en el mundo,
aceptando mis luces y mis sombras.
03
Donde la fe, la filosofía y la vida real conversan sin filtros.
Escribo lo que pienso cuando el alma busca sentido y la razón no alcanza.
Reflexiones imperfectas sobre el dolor, el amor, la esperanza y el caos. No son respuestas absolutas. Son preguntas vivas que intento abrazar.
04
Este no es un blog.
Es un diario abierto, una carta para mis hijos.
Aquí guardo los días simples, las luchas silenciosas y el amor que me sostiene.
Escribo para que, cuando me busquen, puedan encontrarme en palabras.
Aquí el amor no es perfecto, pero es real.
06
Esta sección es desde mi corazón en libertad, porque cuando amo, solo tengo ojos para la persona de la que me enamoro.
No estoy enamorada. Y en este momento de mi vida, no me hace falta estarlo para sentirme plena.
Aquí solo son momentos, miradas, ocurrencias diarias que le dan chispa a mi vida. Cosas que muchas veces no decimos por pena, por miedo a parecer “menos” decentes, “menos” espirituales, “menos” correctas.
Al final del día, algunos pensamientos se esfuman… pero otros merecen contarse...