5 de julio

Hoy fui con Rosel y Ashley a una exposición de carros. Rosel, que es como un hijo para mí, quería ver un carro de carreras de fórmula uno, siempre intento estar para él porque su papá que en paz descanse, siempre estaba para mí. Realmente fue un gran cuñado y tío. Y aunque él sea hijo de mi hermana, es como mi hijo, no siento diferencia en mi corazón del amor por mis hijos.

Ashley también quiso ir, porque recordaba que cuando era pequeña su papá la llevaba a esas exposiciones, y me habló de eso con una mezcla de nostalgia y emoción.

Todavía no me acostumbro a verla así, tan hermosa, tan señorita.

Y aunque trato de no sobreprotegerla, confieso que siento que tengo cara de pitbull cuando veo a alguien mirándola de una forma que no corresponde...

Solo porque es hermosa, creen que pueden verla sin respeto.

Leandro, en cambio, decidió quedarse jugando pelota con Moyi.

Y me alegra darle la libertad de tomar decisiones que lo hacen feliz, aunque eso signifique que decidió no acompañarnos ese día.

Porque también quiero que aprendan que elegir lo que les gusta está bien, que no siempre tienen que hacer lo que mamá hace.