6 y 7 de julio

Otroquepeque

No estuve con ustedes, y eso me dolía más de lo que podía mostrar.

Estaba acompañando a mi papá a despedir a una de sus hermanas menores,

una tía que también fue parte de mi infancia. Una tía muy querida para mí, mi tía Sara. (QDDG), si hay algo en mi corazón es paz; porque sé que hice todo lo que pude para estar cuando me necesitó, y si en algún momento fallé, no fue por falta de amor o afecto, sino de tiempo y recursos.

Y aunque él día era de luto, mi corazón no dejaba de pensar en ustedes.

Me preguntaba si mi bebé me extrañaba, si mis hijos grandes se sentían amados y acompañados en mi ausencia.

La señal era casi nula, y cada mensaje que lograba enviar sentía que no alcanzaba.

Solo en un rincón del pueblo podía escribirles, y el resto del tiempo solo podía confiar… y esperar.

Y aunque sé que su abuela los cuida con amor, el corazón de mamá no encuentra consuelo cuando hay distancias, dudas o silencios.

Quiero que algún día, cuando lean esto, sepan que, aunque la vida me aleje por un momento, el corazón siempre está donde están ustedes.

Aunque mi cuerpo estaba lejos, mi corazón buscaba la forma de abrazarlos en silencio.

Espero que cuando lean esto, entiendan que la ausencia no fue abandono. Fue amor en medio del dolor.

Los amo más que ayer...