LO TIENES TODO: 💫Atracción en la amígdala, conexión en el alma

Contigo me aplaqué, me hiciste a tu modo...

✨ El deseo que no se explica… se reconoce.

Porque el deseo real no es un capricho.

Es una respuesta completa del cuerpo femenino cuando detecta firmeza, dirección y presencia auténtica en un hombre.

Así funciona el deseo instintivo: no se razona… se activa.

Después del reconocimiento….

Y pues… como todo lo bueno en esta vida termina, nos despedimos.

Eso fue hace unas semanas.

Él siguió callado, mirando mis estados.

Y yo… yo seguía mirando al contacto que había guardado con el nombre “mío”.

La ironía más chistosa de la vida:

lo guardé así por "el artículo que él vendía,

como si fuera un acto de manifestación…

sin saber que, de verdad, sí quería que fuera mío, pero él.

Pasaron días.

Silencios largos.

Miradas digitales.

Y esa sensación incómoda de saber que alguien completamente desconocido pero conocido… está.

Pero no dice nada.

Pensando para mí misma:

¿esto está solo en mi cabeza o le pasa a él también?

Hasta que un día rompimos el hielo.

Hablamos de lo rico que es escapar de la realidad.

Me contó algo que a él le encanta hacer para desconectarse.

Yo nunca había hecho eso… solo de pensarlo me daba un no sé qué.

Pero me dijo:

“Un día la voy a llevar.”

¿Y qué creen?

Ayer fue ese día.

Y fue…lo más bello.

Hablamos, estuvimos en silencio,

nos reímos, me sentí vista y escuchada,

sentí que éramos amigos de toda la vida.

Y en mi cabeza pensaba, bueno y esto es todo

No va a pasar nada, luego un sentimiento cómodo de

esto es hermoso, no importa cómo o que sea,

me siento muy cómoda con el...

y en medio de ese instante, pasó...

cuando sus labios tocaron los míos,

yo no quería parar.

No fue como besar a alguien por primera vez,

toque su cara como quien reconocía ese rostro a ciegas,

quería sentirlo, tocarlo para saber que era real,

como si mi alma no creyera que, por fin encontró lo que buscaba.

Pero la verdad hacía tanto frío

que ya no aguantaba las ganas de orinar, jajajaja

—y qué pena decirle eso justo en medio del momento más mágico—

Así que me detuve y le dije que ya era tarde, que nos debíamos ir...

rompí mi propio corazón por mi vejiga de chicharra.

Pero creo que fue la cita más bonita que he tenido,

Porque no fue algo solo de "vamos a comer" o

a al cine, o lo que sea....

No porque fuera perfecto.

Sino porque por un ratito, me olvidé del caos.

Porque él fue distinto.

Fue él.

Y yo fui yo.

Sin planes.

Sin promesas.

Solo dos almas… haciendo pausa en la vida.

Y fue ahí donde lo miré más profundo que nada.

Sin la careta que presenta al mundo.

Alguien sensible sin decirlo.

Respetuoso hasta las narices.

Y mientras otros intentaron parecerse a mí para atraparme,

él… simplemente es.

Y desde ese momento no he parado de pensar:

¿Por qué él? ¿Por qué ahora? ¿Por qué tan fuerte?

Pienso y pienso…y me doy cuenta de que nunca antes había conocido un hombre

que despertara tanta admiración en mí.

Es como verle y saber:

si mi barco estuviera en medio del naufragio,

en una tormenta sin fin,

yo podría cerrar los ojos y no tener miedo,

porque él sabría llevar el timón.

Porque él no necesita que yo lo guíe.

Él sabe cuidar, sabe decidir.

Tiene palabra en un mundo de hombres sin ella.

Un hombre que escucha, que piensa, que medita cada paso.

Que no improvisa, no idealiza.

Que tiene metas y las cumple.

Y eso, eso me encanta.

Porque yo también soy así.

Sé lo que cuesta construir algo desde la nada.

Y verlo, a él… me hace sentir que estoy frente a alguien que no se rinde.

Y ahí entendí que usted es:

✨ Tan distinto a todo lo que alguna vez creí que quería.

✨ Tan distinto a mí… o eso pensaba.

No sabe cuánto lo admiro.

Porque no juega a entenderme.

Solo está.

Y con eso… basta.

No quiere convencerme de que es empático.

No recita discursos.

No repite frases de amor robadas de una canción.

No necesita parecer perfecto.

Usted es usted.

Con sus silencios.

Con su risa que no busca agradar.

Con esa forma rara y honesta de mirarme,

como si no tuviera miedo de lo que ve.

Y eso… me desarma.

Porque lo siento real.

Lo siento presente.

Lo siento distinto.

✨ Reflexión poética + neurobiología del deseo auténtico

Hay hombres que provocan deseo cuando se esfuerzan.

Y hay hombres que, como "él"…

despiertan deseo simplemente por estar.

Porque su sola presencia es una mezcla exacta entre:

🔹 Firmeza sin dureza.

🔹 Silencio sin ausencia.

🔹 Presencia sin presión.

🔹 Manejo sin manipulación.

🔹 Calma sin indiferencia.

Y ahí…es cuando el cuerpo reacciona antes que la mente.

Cuando la atracción es visceral, ancestral, innegable.

Porque no se trata de lo que dice, sino de lo que emana.

Y fue donde entendí y me dije:

Jorleny, ese deseo tuyo;

no es banal, no es hormonal, no es un “antojo de piel” …

Es una respuesta completa de tu sistema:

✨ mente, alma, cuerpo y emoción… diciendo al unísono: “es él”. ✨

Me lo pregunté mil veces,

hasta que lo entendí.

No es su físico.

No es lo que dice.

No es lo que promete.

Es algo más…

Algo que mi cuerpo reconoció antes que mi mente.

Porque el cerebro femenino no se enamora de palabras vacías,

se enamora de señales profundas:

de seguridad,

de dirección,

de presencia real,

de protección no invasiva.

Y entonces lo entendí:

no me estoy enamorando rápido,

me estoy enamorando claro.

Porque por fin, todo en él coincide.

🌿 Mientras los demás hombres mostraban sus diplomas de masculinidad…él no mostró nada.

Solo fue. Y eso… fue suficiente.

📚 Neurobiología aplicada al deseo auténtico:

🧠 “El cuerpo humano es capaz de reconocer señales inconscientes de compatibilidad genética y emocional en segundos, incluso antes de que haya contacto físico.”

(Estudio de la Universidad de Berna sobre atracción olfativa e instinto reproductivo)

🔬 “La atracción auténtica se codifica antes de que la mente la nombre: ocurre cuando el sistema límbico ‘aprueba’ lo que ve, huele y escucha.”

(Publicación en Frontiers in Psychology, 2020)

Y si hablamos de deseo…

es que no hay otro hombre que me encienda el alma y la piel.

Su cercanía basta para encenderme.

No necesito que me toque.

Me basta verlo.

Escucharlo.

Imaginarlo cerca.

Incluso yo, que soy una dama reservada,

con usted quiero saltarme por los cuatro vientos todas las reglas.

Es algo visceral que me hace querer lanzarme encima suyo

y ya saber cómo se siente su piel junto a la mía.

Pero me calmo.

Y me deja pensando…

pensando tanto en usted.

No me enciende por lo que hace,

sino por lo que su cuerpo dice cuando siente:

esa vibración grave y honesta,

ese sonido que no actúa…

simplemente es usted, disfrutando.

No necesita parecer varón…

porque simplemente lo es.

Y eso no se explica con lógica.

Eso se reconoce.

Con el alma.

Con la piel.

Con todo.

Porque usted lo tiene todo.